El cardenal Óscar Andrés Rodríguez anunció el jueves que esta fue la última misa crismal que presidió como arzobispo de Tegucigalpa y a su vez pidió perdón a la feligresía.
«Es la última misa crismal que presido como arzobispo de Tegucigalpa, yo quiero pedirles perdón», dijo Rodríguez.
Continuó diciendo «la vida de un sacerdote es probada muchas veces por la enfermedad que disminuye y envejece».
Agregó que «les quiero dar las gracias por su ministerio sacerdotal, por ese bien derramado a manos llenas con entrega, sacrificio y amor».
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