Los números son dramáticos. La situación casi insostenible. Australia vive su peor pesadilla desde que se tenga memoria. Los incendios -algo recurrente para esta época del año- han alcanzado niveles nunca vividos: 24 personas han perdido la vida, varios de ellos bomberos que se transformaron en héroes, 1.588 casas destruidas, 5.500.000 hectáreas arrasadas por el fuego y 500 millones de animales muertos.
Pero, ¿por qué esta vez los incendios son tan devastadores? Las razones son varias. Las llamas han sido alimentadas por una combinación de calor extremo, sequía prolongada y fuertes vientos.
Australia está sumida en una ola de calor con temperaturas récord desde hace tres meses. Cuando promediaba diciembre y nadie creía que los incendios podían ser tan mortales, los australianos vivieron el día más caluroso de la historia: la temperatura promedio fue de 41.9 grados centígrados. Abrumador incluso para una población acostumbrada al calor. Las noticias no son alentadoras. En las próximas semanas las condiciones no variarían demasiado.
Pero este calor extremo fue acompañado además por otro factor inesperado: los fuertes vientos. Las ráfagas de hasta 96 kilómetros por hora -el pasado lunes- han sido el combustible fatal para el fuego. Esto permitió que las llamas se expandieran rápidamente.
Fuente: Infobae
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