Entre lágrimas y con la voz entrecortada, Jairo Javier Róchez, padre de la menor keiry Gricel García Baide, de 15 años de edad, relató cómo se dieron los hechos donde perdió la vida a quien él define como la persona que era «su todo».
Ya en las afueras de la morgue a la espera de que le entregaran el cadáver, con mucho esfuerzo atendió a los medios de comunicación.
«Le tocó a mi niña, venía empezando a vivir, le quitaron sus sueños, pero Dios se encargará de todo eso. Me duele porque mi niña era mi vida, era todo para mí, era mi consejera. Yo la llamaba y me decía; «papi, vos sos los máximo, todo». Y hoy no entiendo porqué Dios me quitó a mi niña si él me la prestó por poco tiempo, ¿por qué me la quitó?».
Al consultarle si cuando sucedió la tragedia, ellos estaban en las afueras del Estadio Olímpico, respondió; «sí, estábamos en los portones y en eso se armó un relajo adentro y no logramos entrar, nos bajamos para el carro; yo creo que eran policías o aficionados, no sé, y empezaron a dispararnos al carro y cuando acordé me dijo; «papi, y el disparo lo andaba acá (señala la parte superior del cuello)… es complicado», dice entre lagrimas.
Algunas informaciones preliminares establecen que los disparos fueron percutidos en una zona donde hay unos árboles. «sí (suspira), pero que se haga la voluntad de dios y no la mía. Si él me la prestó por poco tiempo… tenía 14 años e iba a cumplir 15», concluyó su relato Jairo Javier, un padre evidentemente conmocionado.
Comentar