Desde que Orel Hershiser ponchó a Tony Phillips, de los Atléticos de Oakland, para el último out de la Serie Mundial de 1988, los Dodgers de Los Ángeles han jugado en 5,014 partidos de campaña regular y otros 113 de postemporada en busca de su siguiente gallardete. Han gastado más de 3.690 millones de dólares en sueldos de peloteros a lo largo de 32 campañas.
Un triunfo más y el elusivo séptimo campeonato será suyo.
Los Ángeles, con la nómina más elevada de Grandes Ligas de 95,6 millones de dólares durante la campaña reducida por la pandemia, ha opacado a los modestos Rays, cuya nómina de 29,3 millones es la 28va entre los 30 equipos de la liga.
Los Dodgers han superado a los Rays en carreras 29-21, en bateo .264 a .228 y en cuadrangulares con 11-8, gracias a una ofensiva encabezada por Corey Seager (.471, dos cuadrangulares y cuatro producidas), Max Muncy (.389 y seis impulsadas) y Justin Turner (.364).
Por el otro lado, el dominicano Manuel Margot (.400), Kevin Kiermaier (.375, dos jonrones y tres impulsadas) y el cubano Randy Arozarena (.333, dos cuadrangulares y tres remolcadas) han producido, mientras que Austin Meadows (.154), Joey Wendle (.133) y Mike Zunino (de 13-0) han quedado a deber. Lowe (de 21-3 con tres vuelacercas y seis producidas) ha sido el mejor ejemplo de todo o nada.
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