Recuperar la independencia parlamentaria significó para el diputado Carlos Umaña romper los vínculos con la bancada del partido Libertad y Refundación (Libre) dentro del Congreso Nacional.
Los pleitos entre el presidente del Partido Salvador de Honduras (PSH), Salvador Nasralla, y el designado presidencial Manuel Zelaya ya muestran las primeras consecuencias en el Poder Legislativo.
Después de que “Mel” diera como terminada la alianza Libre-PSH, la bancada de este último ente político oficializó que en el hemiciclo también hay divorcio entre las bancadas.
Para Umaña, congresista del PSH, esto significa que “recuperamos nuestra independencia parlamentaria”.
“El partido no recibió ninguna retroalimentación. Estuvimos esperando una semana y como no recibimos retroalimentación, damos por hecho que ellos rompieron la alianza y no el Partido Salvador de Honduras”, culpó.
El PSH aclaró que no serán parte de la oposición y solo actuarían en beneficio del pueblo.
“En proyectos que miremos que necesitamos un consenso no los vamos a acompañar hasta que logremos esa socialización”, especificó.
A Umaña se le consultó a qué se refiere con decir que “recuperamos nuestra independencia parlamentaria” y esto contestó:
“Cuando usted tiene una alianza, usted está obligado a ayudar en ciertas cosas. Cuando ya no la tiene, lo que vamos a hacer es estudiar detenidamente. Vamos a exigir la agenda parlamentaria, que nos la den con antelación… Si nos quieren meter una ley para que les dispensamos debate, no los vamos a acompañar”, explicó.
Por su parte, la parlamentaria y doctora Suyapa Figueroa también celebró esta ruptura. “Este es el momento de cambiar y ver al pueblo hondureño como se merece”, dijo la congresista.
También se refirió a Luis Redondo al decir que “el PSH les dio la oportunidad a 10 diputados y si hay uno que se ha ido con otra línea política es una decisión personal”.
Libre lidiará con el Congreso Nacional en contra:
Las consecuencias de la ruptura entre el Partido Salvador de Honduras (PSH) y Libre se trasladarían al interior del Congreso Nacional, provocando alianzas o acuerdos que alterarían la agenda del Ejecutivo y entregando fuerza a la oposición.
Este impasse entre el designado presidencial Salvador Nasralla y el asesor presidencial Manuel Zelaya atropellaría algunos intereses singulares en los que se necesitan la mayoría simple (65 votos de los 128 diputados) o la calificada, es decir, 86 votos.
Ellos mantienen como premisa que no hay que descartar que esto sea una jugada magistral para desviar atención y que en caso de ser fehaciente quien sale beneficiado es la oposición.
“No sabemos si esta es una jugada política maestra para mantener el control del desorden y lograr un objetivo político determinado en el ejercicio del poder en la configuración de los tres poderes del Estado. No podemos dar por hecho que lo que estamos viendo es verdadero y cierto”, advirtió el analista Oliver Erazo.
En este momento lo que pasa dentro del Legislativo vuelve a ser más significativo de lo que esté pasando en los otros poderes del Estado, porque ya estamos en la víspera de la elección de los nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y otras autoridades claves o temas de alto impacto.
En términos sencillos ante eventuales escenarios y las circunstancias políticas, los 9 diputados del PSH son los protagonistas al decidir mantenerse apegados a Libre, unirse a la oposición o dividirse entre ellos.
De momento el escenario se muestra así: Libre 50 diputados más los 9 del PSH -son 10, pero Luis Redondo no entra en escena por ser el presidente- son 60 votos seguros en la cámara, eso solo refleja debilidad porque no llegan ni a los 65 que forman la mayoría simple.
Por el otro lado, la oposición encabezada por el Partido Nacional cobija 44 congresistas y los 22 liberales provocando una mayor fuerza en esta unión.
Ante esto es aquí donde se pone en marcha la capacidad negociadora de la bancada nacionalista y sus alcances para tomar fuerza en el hemiciclo al establecer acuerdos con la bancada del PSH.
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