La Comisión Reguladora de Energía Eléctrica (CREE) prepara la tercera revisión de la nueva tarifa eléctrica que entrará en vigencia del 1 de octubre al 31 de diciembre del presente año.
En ese sentido, se prevén alzas en todas las modalidades (residencial, comercial e industrial), debido a la devaluación del lempira, el costo del diésel y bunker usados para generar energía térmica.
El ajuste de los costos de generación de electricidad está vinculado al tipo de cambio que impacta de manera directa en los costos de generación y en los costos de los activos de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE).
En las últimas horas, el Tipo de Cambio de Referencia (TCR) o valor de la moneda nacional en función de un dólar estadounidense varió a 24.60 lempiras (compra) y a 24.72 lempiras (venta), una depreciación de 26 centavos a la compra y de 21 centavos en su venta, al compararse con el cierre del 2021, cuando fue de 24.34 lempiras (compra) y de 24.51 lempiras (venta).
No obstante analistas económicos descartan un alza el servicio de electricidad, tomando en cuenta las iniciativas del Gobierno para contener la inflación y preservar el crecimiento económico.
Con lo anterior se aplicaron medidas fiscales, especialmente en materia de subsidios al precio de los combustibles y energía eléctrica.
Las medidas compensatorias de los subsidios a la energía eléctrica y combustibles han ayudado a amortiguar el impacto directo en la inflación en 1.37 puntos porcentuales, según un informe del Banco Central de Honduras (BCH) publicado en agosto.
El costo fiscal de los subsidios a los combustibles sería superior a 4 mil millones de lempiras en el año y para energía ascendería alrededor de 4,094.0 millones, representando un sacrificio fiscal que supera los 8,000 millones de lempiras durante 2022, de acuerdo a los reportes.
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