Francia se convertirá a partir de la medianoche del viernes en el segundo país europeo, después de Irlanda, en aplicar un nuevo confinamiento, previsto para un mes aunque con más excepciones que en marzo, por lo que apela a la responsabilidad ciudadana para contener el virus.
«Vivimos una situación fuera de lo común. La solución está en manos de la ciudadanía», dijo hoy en rueda de prensa el primer ministro, Jean Castex, que insistió en que las medidas de protección son las más efectivas: limitar los contactos, respetar las distancias y llevar mascarillas, incluso dentro de las casas.
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