Seguramente muchos capitalinos usaban chiribiscas para navidad a finales del siglo XIX, son pocas las evidencias sobre el uso de árboles para la navidad.
En los últimos días de diciembre de 1905, la prensa traía la noticia de que el doctor Gustavo A. Walther, director del Hospital General, que a la sazón ocupaba el edificio donde hoy están ubicados los Ministerios, había llenado de contento a los enfermos de aquel centro de salud, presentándoles en Noche Buena, un hermoso árbol de Navidad bellamente decorado por el filantrópico comerciante don Nicolás Cornelsen quien, además, obsequió a los enfermos adultos con galletas y chocolates, y con juguetes y dulces a la chiquillada.
El árbol además de su bello aspecto causó grande y admirable impresión por lo novedoso, pues como se sabe el adorno tradicional nuestro para esa ocasión ha sido el “nacimiento”. Mas no terminaban ahí las sorpresas para esos desvalidos, porque el doctor Walther les obsequió ponches y golosinas que disfrutaron escuchando dulce música de mandolines y guitarras.
Créditos: Vuelve al Centro / La Otra Honduras
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