Chile, uno de los países latinoamericanos más salpicados por denuncias de abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica, lleva más de una década sumando nuevos casos, señalamientos por encubrimiento y quejas por lentitud en las investigaciones.
Días después de que el Vaticano tomara la decisión de abrirse a que se investiguen cientos de casos de pederastia en España, en el país austral siguen abiertas 65 investigaciones que implican a 116 personas relacionadas con la Iglesia.
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