América Latina, epicentro creciente de la COVID-19, se enfrenta hoy no solo a los estragos económicos y de pérdidas humanas que deja el virus sino también a la amenaza de que la pandemia empeore una enfermedad social que, aunque para muchos es invisible, afecta a sus pobladores más vulnerables: el trabajo infantil.
En la región, según cálculos entregados por Unicef con motivo de la conmemoración este viernes del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, se estima que hay 17,4 millones de niños y niñas trabajadores, cifra que equivale al 16 % del total de menores que viven en esta parte del orbe.
Fuente: EFE
Comentar